sábado, 22 de noviembre de 2008

Gioconda Belli (Nicaragua) / Los portadores de sueños

"En todas las profecías
está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan
que el hombre creará su propia destrucción.

Pero los siglos y la vida
que siempre se renueva
engendraron también una generación
de amadores y soñadores;
hombres y mujeres que no soñaron
con la destrucción del mundo,
sino con la construcción del mundo
de las mariposas y los ruiseñores.

Desde pequeños venían marcados por el amor.
Detrás de su apariencia cotidiana
guardaban la ternura y el sol de medianoche.
Las madres los encontraban llorando
por un pájaro muerto
y más tarde también los encontraron a muchos
muertos como pájaros.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos
por un invierno de caricias.
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños,
atacados ferozmente por los portadores de profecías
habladoras de catástrofes.
Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías.
Dijeron que sus palabras eran viejas
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso
es antigua al corazón del hombre.
Los acumuladores de riquezas les temían,
lanzaban sus ejércitos contra ellos,
pero los portadores de sueños todas las noches
hacían el amor
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas
que no sólo portaban sueños sino que los
multiplicaban y los hacían correr y hablar.
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
como también había engendrado
a los que inventaron la manera
de apagar el sol.

Los portadores de sueños sobrevivieron a los
climas gélidos pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias
torrenciales tuvieron algo que ver con esto,
la verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especimenes no dejaban de soñar y de construir
hermosos mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se
llamaban compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban
en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se
ayudaban en el
arte de querer y en la defensa de la felicidad.

Eran felices en su mundo de azúcar y de viento,
de todas partes venían a impregnarse de su aliento,
de sus claras miradas,
hacia todas partes salían los que habían conocido
portando sueños
soñando con profecías nuevas
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores
y de que el mundo no tendría que terminar en la
hecatombe.
Por el contrario, los científicos diseñarían
puentes, jardines, juguetes sorprendentes
para hacer más gozosa la felicidad del hombre.

Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.

Los portadores de sueños conocían su poder
por eso no se extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos
que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche.

Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de
sueños que no pueden detener los traficantes de la muerte;
por doquier hay paquetes con grandes lazos
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver
la semilla de estos sueños no se puede detectar
porque va envuelta en rojos corazones
en amplios vestidos de maternidad
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres
que los albergan.

Dicen que la tierra después de parirlos
desencadenó un cielo de arcoiris
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías."

4 comentarios:

Ricardo Guadalupe dijo...

Señoras y señores, me tengo que poner de pie para seguir escribiendo sobre Gioconda Belli, porque estamos hablando de una de las mejores escritoras vivas que hay en la actualidad y que ha habido siempre, y eso es un auténtico privilegio para sus coetáneos.

Ya no es sólo su descomunal sensibilidad y su manera de transmitirla a través de la escritura, es también su pensamiento y su posicionamiento en la vida lo que la ha convertido ya en una figura literaria e histórica de nuestro tiempo.

Refugiada política y opositora a la dictadura del general Somoza, formó parte del gobierno revolucionario una vez que el militar colaboracionista del gobierno estadounidense fue derrocado.

Ese espíritu de lucha y su carácter revolucionario es el que se respira, como no podía ser de otro modo, en sus poemas y novelas, y el que hace que no pueda limitarme a publicar de ella en el blog únicamente este poema. Así que “Los portadores de sueños” es el primero de otros tantos en los que esta autora nicaragüense se revela como una persona de mirada clara, defensora de la felicidad y que hace frente a los destructores del mundo abogando por el amor, es decir, se revela como una verdadera portadora de sueños.

Trenzas dijo...

No conocía la faceta política de Belli, pero con tu explicación me queda mucho más claro el sentido de algunos de sus poemas.
Este es fantástico,
Gracias por acercarnos esta semblanza tan emocionada.
Un abrazo.

gemmacan dijo...

Yo también me pongo en pie, como ya hace años que lo hago cuando leo sus textos, desde que alguien me los hiciera llegar con mucho acierto.
Aunque en la mayoría de ocasiones no debería importarnos lo que el escritor (o el artista) lleva a cabo en su vida cotidiana (si es un alcohólico, un maltratador, un loco o un asceta) en casos como este, sabiendo de su lucha, la admiración es doble. Y probablemente de no ser así, su literatura no tendría tanta fuerza, no transmitiría tanto entusiasmo, tanta pasión, tanto desgarro.
Es consecuente y coherente, valiente, noble y por encima de todo, una auténtica portadora de sueños.

Santa dijo...

Una persona es lo que sueña...

Por eso hay tanto interés en que no soñemos, en robarnos los sueños de un Mundo más justo, más limpio,
más comprometido...

Todos los sueños se pueden cumplir, hay que luchar por ellos.

Un abrazo compañero