martes, 11 de febrero de 2014

Entrevistado por Elga Reátegui

Publicado el 10/02/14 en el blog de Elga Reátegui: http://elgareategui.blogspot.com.es/2014/02/ricardo-guadalupe-se-abrieron-las-latas.html

Elga Reátegui: Vuelve a la escritura, pero de una manera poética, filosófica e introspectiva. Y al respecto el escritor Ginés Vera manifiesta, en un comentario sobre “Relatos con abrelatas”, que provisto de más de una voz. ¿Hay alguien además de usted en esta obra que pone al alcance de sus lectores? Suena algo misterioso, ¿no lo cree?

Ricardo Guadalupe: Sí que espero que haya alguien más ahí: el otro. Trato de arrastrar al lector hasta las páginas del libro. De conseguirlo, el lector se convertiría en “el tercer hombre”, puesto que ya hay dos en cada relato. Lo cual, es cierto, es misterioso.

E.R.: Vemos algo innovador en su nueva obra y es el del doble trabajo que ejecuta: el de narrador y comentarista. ¿Quiso de alguna forma asegurarse que el lector entendiera bien el mensaje de su relato?

R.G.: Quise tender un puente de la ficción a la realidad, hacer un viaje de vuelta a los sentidos. Para que la fantasía tomara cuerpo y el desnudo fuera completo.

E.R.: Pero “Relatos con abrelatas” no es solo un libro de relatos es también una propuesta poética, ¿cómo definiría a esta su nueva publicación?

R.G.: Hay algunos poemas al final del libro, el canto del cisne del momento vital en el que lo escribí. Una especie de testamento musical, que en la escritura corresponde realizar con versos.

E.R.: Algunos de sus relatos fueron publicados en algunas webs de literatura con gran éxito, ¿qué lo condujo a llevarlos al papel?

R.G.: La forma también debía tomar cuerpo, en este caso de lo virtual al papel. Me gusta cuando me cuentan que lo tienen a la cabecera de la cama para frecuentar su lectura. La relación con una página web es distinta.

E.R.: E incluso uno tiene un audio con su voz, ¿piensa, quizá, más adelante editar un disco con estos textos?

R.G.: Soy narrador oral, formo parte del grupo personas-libro. Grabarlo fue mi manera de homenajearlos, y también de aprovecharme de mi amistad con el productor musical Ximo Gimeno, que hizo de ese audio una obra artística.

E.R.: “Luces de bohemia” ocupa un lugar especial en sus lecturas preferidas, y no podemos dejar de percibirlo en su libro, ¿qué nos quiere mostrar o demostrar con esa especie de homenaje o tributo que hemos hallado?

R.G.: Aconsejo a todos pasearse de vez en cuando por el “callejón del Gato” de Luces de Bohemia y enfrentarse al espejo cóncavo y al convexo. Esta metáfora del esperpento que deforma lo que vemos nos da algunas de las claves de lo que habitualmente no somos capaces de ver.

E.R.: Cuéntenos un poco qué criterios empleó en la selección de los relatos y poemas, ¿están ligados, tal vez, a un momento emocional específico que estuvo experimentando durante ese proceso?

R.G.: Decía Giorgio Bassani que en la vida hay que morir por lo menos una vez antes de morir. Y que mejor hacerlo de joven, cuando aún queda tiempo para levantarse y resucitar. Relatos con abrelatas son la narración de mi otra vida.

E.R.: ¿La poesía es un género que siempre lo atrajo o es una seducción que tiene poco tiempo en sus preferencias?

R.G.: “La poesía es algo que anda por las calles”, decía Lorca. Para mí es una manera de vivir más que de escribir.

E.R.: ¿Cómo asume o define su poesía? ¿Tiene una misión distinta a la de su prosa?

R.G.: La poesía, por definición, es más íntima. Y si no que se lo pregunten a los que me han escuchado leer en público mis poemas y han percibido cómo me cambia la voz.

E.R.: Su poema RCR-E-29 tiene que ver con su experiencia personal, con un momento frágil de su vida, ¿no es lo mismo ser un meteorito que una vulgar piedra? ¿Es algo así como bajar de categoría? Un duro golpe al ego de cualquiera, ¿no le parece?

R.G.: La piedra ni siente ni padece, el meteorito al menos sabe lo que es volar. Tal como me encontraba entonces mi único alivio era creer que mi origen era el de un meteorito extraterrestre.

E.R.: ¿La vida es una peonza? ¿Lo cree así?

R.G.: El amor es una peonza. “Cuando se para, se cae”. Y la vida tiene mucho que ver con el amor.

E.R.: Explique esa teoría suya en torno a ‘la literatura en capas’. Creo que podría ser un aporte de especial significación para nuestros lectores.

R.G.: Se trata simplemente de que un texto satisfaga tanto al que se quede en la superficie de la historia como al que busque ahondar más en ella. Se trata de tener en cuenta los diferentes estómagos de los lectores.

E.R.: Su prologuista Lola Sanabria nos dice “Ricardo Guadalupe nos da su palabra”, pero nosotros creemos que se da por entero, ¿es fácil quitarse las vestiduras espirituales delante de los lectores?

R.G.: Ser verdad es lo más difícil. Porque te expones y expones a las personas que ineludiblemente van unidas a uno. Pero exponerse es dar, y mejor nos iría si fuéramos todos un poco más generosos.

E.R.: Ha manifestado que un escritor debe estar comprometido con su tiempo, ¿considera que la gran mayoría no lo está? ¿Cuál cree que es su papel en estos tiempos que corren?

R.G.: En unos tiempos en los que se toma al pueblo español por idiota, es necesario que los escritores pongan palabras al desencanto y despierten conciencias. Es la hora de los valientes.

E.R.: Su empeño por difundir su obra lo ha llevado por diversos puntos del país, ¿con qué temas se identifica más la gente y qué comentarios recibe de su obra?

R.G.: Suele impresionar la entrega de quien lo ha escrito. Por momentos me siento como un gimnasta olímpico al que se le reconoce su esfuerzo. Quiero pensar que además esa entrega pueda ser contagiosa.

E.R.: ¿En qué momento de su desarrollo creativo-literario considera que se halla?

R.G.: Ahora estoy recogiendo lo sembrado con Relatos con abrelatas, pero sin dejar de sembrar nuevas obras. Una vez que la peonza literaria se puso en marcha no hay vuelta atrás. Esto no se para.

E.R.: Una palabra o un conjunto de palabras para resumir la experiencia que está viviendo con “Relatos con abrelatas”.

R.G.: Se abrieron las latas y los unicornios salieron desbocados.


Foto: Marián Lucas Rodríguez

1 comentario:

Ginés J. Vera dijo...

Una entrevista entre escritores a veces tiene la virtud de enfrentarnos a la propia escritura, a nuestro yo escritor, desde fuera. En las preguntas se ve el pulso, en las respuestas la sinceridad y el talante narrativo. Felicitaros a ambos, como no podía ser de otra manera. Un saludo doblemente literario.