miércoles, 6 de agosto de 2008

HETERÓNIMO / Nuestro otro yo

DEFINICIÓN LINGÜÍSTICA

Esta vez la palabra que he sacado del diccionario es heterónimo, que tiene dos definiciones; La primera es de carácter lingüístico y denomina heterónimos a aquellas palabras que significan lo contrario y no parten de la misma raíz. Tal es el caso de caballo y yegua, que son de género opuesto y no comparten la misma raíz, algo que en cambio sí hacen gallo y gallina, las cuales por ese motivo no son heterónimos.

DEFINICIÓN ARTÍSTICA

Y veamos ahora la otra definición de heterónimo, que es la que nos interesa al tener que ver más con lo literario. Dicha acepción se refiere a los autores de ficción que crean los auténticos a la hora no sólo de firmar una obra sino también de realizarla. Por esta razón un heterónimo no es un seudónimo, porque un heterónimo, o autor de ficción, además de un nombre distinto al del autor de carne y hueso refleja un estilo y hasta unos sentimientos propios y diferenciados. Un heterónimo sería, por tanto, el alter ego del autor original a través del cual éste desdobla su personalidad y muestra una nueva cara. De hecho, el escritor que inventa un heterónimo crea un nuevo autor al que da una biografía y desde el que en ocasiones llega a hablar de sí mismo.

ETIMOLOGÍA

El origen de la palabra heterónimo recoge en parte el desdoblamiento mencionado; Heterónimo viene de la raíz griega heter, que siempre indica diferencia, y si a ello sumamos que ónimo quiere decir nombre, el resultado es que la palabra heterónimo significa “otro nombre”.

EJEMPLO

Como primer ejemplo de heterónimos recordemos a esos internautas que nos encontramos en foros y chats con nombres y datos ficticios y, quizás precisamente por eso, expresándose de una manera muy alejada de la utilizada normalmente bajo su identidad real.

EJEMPLOS Y USO LITERARIOS

Pero los mayores ejemplos de heterónimos se han dado en la literatura, y sin duda los más importantes son los que corresponden al poeta Fernando Pessoa. De todos los que creó destacan tres: A Alberto Caeiro le atribuyó una obra llena de sensaciones puras y simples, Álvaro de Campos representa la faceta modernista de Pessoa, mientras que cuando Pessoa escribía en calidad de su heterónimo Ricardo Reis el estilo que tomaba era el de los poetas clásicos.

En España, Antonio Machado se sirvió de varios heterónimos, que él mismo llamó apócrifos, es decir, imaginarios. Y lo hizo con la intención de promover una corriente alternativa a la de los poetas de la generación del 27. De ahí que en sus heterónimos el pensamiento primara sobre la estética.

Y hay bastantes ejemplos más, sobre todo en poesía, donde son más necesarios ya que casi siempre es el autor y no un personaje del poema quien hace de narrador, y eso hace que cuando el autor quiere cambiar de punto de vista no cambie de personaje sino que se cambie a sí mismo, poniéndose en el lugar de un autor que no existe sino en su propio interior, surgiendo de ese modo el heterónimo.

PARTICIPACIÓN

Y para comprenderlo del todo qué mejor que crear nuestro heterónimo particular, nuestro otro yo. ¿Cómo sería un supuesto diálogo con él? ¿Nos llevaría siempre la contraria? Puede parecer una locura, pero seguro que hemos tenido más de una conversación con nosotros mismos en la que además éramos incapaces de ponernos de acuerdo. Prueba a escribir un pequeño diálogo con tu heterónimo, acabe en acuerdo o no, y publícalo.

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