martes, 5 de agosto de 2008

PLEONASMO / Las palabras redundantes

DEFINICIÓN Y ETIMOLOGÍA

Pleonasmo viene del latín "pleonasmus", y éste del griego "pleonasmos", que significa sobreabundancia. Y es que un pleonasmo es un exceso de palabras en el equipaje semántico, por así decirlo, de una frase; se da cuando empleamos palabras que no aportan nada al sentido estricto de lo que queremos decir. Por ello, se corre el riesgo con el pleonasmo de caer en la redundancia innecesaria, en la incorrección lingüística. Tal es el caso de la expresión “subir arriba”, en la que el adverbio "arriba" está comprendido ya en la definición del verbo "subir" y, por tanto, sobra. Otros ejemplos serían “volar por el aire”, “sonarse la nariz” o “mendrugo de pan”. Pero la intención del pleonasmo debe ser otra, debe ser la expresividad, ya que es muy útil para acentuar y avivar ya sea una idea o un sentimiento.

EJEMPLOS

Por ejemplo, no es lo mismo decir “lo vi” que “lo vi con mis propios ojos”, o “firmó” que “firmó de su puño y letra”. Se gana en intensidad. Un pleonasmo válido más: “Tomás en persona saludó” en lugar de “Tomás saludó”.

USO LITERARIO

Así se ha ganado el pleonasmo un hueco en la literatura, y además porque, al saltarse el número natural de palabras por oración, se aleja de las construcciones convencionales, algo muy apreciado por los escritores.

EJEMPLOS LITERARIOS

Lo vemos, por ejemplo, en el verso de Miguel Hernández “Temprano madrugó la madrugada” y en otro verso, éste ni más ni menos que con el que arranca la que fue la primera gran obra en lengua española, el Cantar de mío Cid: “De los sus ojos tan fuertemente llorando”; simplemente con “fuertemente llorando” lo hubiéramos entendido igual, pero no nos hubiera emocionado igual.

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO (OSCAR WILDE)

Pero aún hay más, resulta que el pleonasmo se utiliza también como recurso humorístico. El propio Oscar Wilde lo aprovechó en varios diálogos de una de las mejores comedias de la literatura, la titulada "La importancia de llamarse Ernesto". Bien para burlarse del carácter redicho y pedante de uno de sus personajes con pleonasmos como “ligero refrigerio”, bien para poner en evidencia el nerviosismo de otro, Jack, quien trata de decir a su amada que en realidad no se llama Ernesto en un balbuceante pleonasmo con el doble de las palabras precisas: “Pues yo, la verdad, Gwendolen, debo confesar que hay, a mi juicio, una porción de nombres mucho más bonitos. Creo que Jack, por ejemplo, es un nombre encantador.”

PARTICIPACION

La propuesta de participación es ir a la caza de los pleonasmos redundantes e inútiles que tanto abundan. Un ejemplo es el “llenar hasta arriba el recipiente” que podríamos oír, pongamos por caso, en una fuente. Y os animaría a que los acompañarais del pleonasmo correcto, expresivo, por el que se pudieran cambiar cada uno de ellos. Yo cambiaría ese “llenar hasta arriba” por “llenar hasta que no quepa ni una gota de lluvia”.

2 comentarios:

ivan dijo...

El pleonasmo es una figura literaria que le da belleza estetica a una expresion, asi, por ejemplo no es lo mismo decir "lo he escrito con mis propias manos" que "lo he escrito" en conclusion, el pleonasmo da una vista mas minucisa de lo que el escritor dice.
IVAN C. MATEO

Ricardo Guadalupe dijo...

Así es. Y qué haríamos sin este tipo de reiteraciones cuando nos queremos comunicar con la mayor claridad posible. Hay que reconocer que el oyente o el lector suele preferir la paráfrasis a la hora de recibir una idea, antes que una frase o expresión que englobe por completo esa idea. Digamos que el esfuerzo de comprensión es menor.
Un saludo, y gracias por tu aportación.