martes, 5 de agosto de 2008

SINESTESIA / ¿A qué saben las palabras?

SIGNIFICADO

La Sinestesia es calificar algo con un rasgo sensorial que no le es propio. Es, para entendernos mejor, lo contrario de anestesia. Así, si anestesia significa no percibir sensación alguna, sinestesia sería percibir alguna sensación de más.

Nos pasa a menudo cuando relacionamos un recuerdo con un olor o un sonido concreto. Por ejemplo, si recordamos la famosa anécdota de la magdalena con la que Marcel Proust arranca su obra “En busca del tiempo perdido” vemos que relaciona el sabor de la magdalena con su feliz infancia. Infancia a la que por tanto podríamos aludir con la sinestesia azucarada infancia.

Sí, tal como estáis pensando, se trata siempre de una percepción muy subjetiva y personal.

ETIMOLOGÍA

Su etimología de nuevo nos ayuda a entender su significado. Sinestesia proviene de las palabras griegas syn, que significa junto y aisthesis, que significa sensación. Por lo que podemos traducir sinestesia como una especie de unión de sensaciones.

USO LITERARIO

La sinestesia ha sido empleada sobre todo por los poetas. Se destapó, como quien dice, a finales del siglo XIX, a raíz de un movimiento literario: el Simbolismo, impulsado por el gran poeta Baudelaire, y que buscaba asociar el mundo de las ideas y el mundo de los sentidos. Algo que consiguieron plenamente con el uso de la sinestesia.

Luego, los autores modernistas lo potenciaron. La sinestesia les posibilitaba su fin último, que era ensalzar lo estético.

En España, llegamos así a una generación de poetas, la generación del 27, cuyos autores, influenciados en parte por el modernismo, llenan sus versos de imágenes de gran riqueza; Y aquí entra en juego una vez más la sinestesia, ya que son imágenes revestidas enteramente de colores, sonidos, olores,…, en definitiva, imágenes que se sienten con los cinco sentidos.

EJEMPLOS DE LA GENERACIÓN DEL 27

Lo podemos comprobar recreándonos en algunos ejemplos de sinestesia de estos autores, los de la generación del 27: García Lorca en su “Romance Sonámbulo” escribe Verde que te quiero verde. Verde viento; Vicente Aleixandre dice de un beso que es un repasar de tu crujiente pelo; Dámaso Alonso dice de una risa que estaba suspensa, quieta, azul y diluida para ti y para mí; Y Luis Cernuda nos da la clave de la construcción de una sinestesia a través de una evocación muy inspirada que hace del otoño; Es como sigue: De las hojas mojadas, de la tierra húmeda, brotaba entonces un aroma delicioso, y el agua de la lluvia recogida en el hueco de tu mano tenía el sabor de aquel aroma. Cernuda nos está diciendo a qué le sabe el otoño.

PARTICIPACIÓN

¿Y qué hay de nosotros? ¿Qué sabor nos sugiere el otoño? ¿Y la poesía?, por ejemplo ¿De qué color es la poesía? Si sois capaces de responder a estas preguntas, ya habréis creado una sinestesia. Y en ese caso, me gustaría mucho leerlas.

Aquí va la mía: Poesía blanca. Blanca porque era el color de la tiza con que pintaba de pequeño algunas rimas en pupitres o paredes. Una costumbre, la de la tiza, que afortunadamente para el mobiliario de mis padres, abandoné a tiempo.

1 comentario:

Julio L. Rodríguez dijo...

Amigo, gracias por unirte a este mundo que a priori parece tan profundo y misterioso que nos puede tragar, pero que con tu palabra y quizá la mía, le venceremos.
Bueno, creo que estoy siendo el primero en dejarte un mensaje, y creo que no seré el último. Un saludo Ricardo.