jueves, 7 de agosto de 2008

NEOLOGISMOS / Las palabras nuevas

SIGNIFICADO

Un Neologismo es lo que hacemos cuando creamos una nueva palabra. Así de fácil es la definición. Eso sí, hay un factor importante que hay que tener en cuenta: El factor tiempo; ya que todas las palabras han sido neologismos en algún momento, pero con el tiempo dejan de serlo ¿cuándo? pues, como ocurre con todas las innovaciones, cuando su uso se vuelve generalizado y común. Aunque, claro, unos duran más que otros: La palabra liberticida no fue incluida en nuestro Diccionario hasta un siglo después de que Simón Bolívar la empleara por primera vez.

ETIMOLOGÍA

Su etimología insiste en el sentido de su definición: La palabra neologismo, de origen griego, está formada por neo, que significa nuevo y logo, que es palabra.

EJEMPLOS

Ejemplos de neologismos surgen diariamente. Muchas veces salen de retocar o combinar palabras ya existentes. Es el caso de términos que empezamos a escuchar últimamente como constatativo, logoterapia, genómica o externalizar.

También aparecen al adaptar a nuestra lengua expresiones extranjeras. Así, añadimos a nuestro vocabulario eslogan, con e; estándar, con e y sin la d final de su equivalente inglesa; O fútbol o líder con una ortografía nuestra basada en cómo nos suenan en su lengua de origen.

EJEMPLOS LITERARIOS

En literatura, los neologismos son una necesidad para los escritores. El premio Cervantes Gonzalo Rojas lo definió muy bien: “Hay palabras que no están en el diccionario porque uno las necesita”. En su búsqueda de la palabra precisa y única, los escritores han sido siempre auténticos reinventores del lenguaje y, por tanto, han hecho posible la evolución del mismo.

Hay dos momentos históricos que esta búsqueda se intensificó. El primero en España, a partir del siglo XV; y se dio para cambiar las palabras medievales por otras provenientes del latín. De este modo se llegó a lo que hoy conocemos como español moderno. A ello contribuyeron los poetas del Cultismo, en el siglo XVII, con Luis de Góngora como referente. Después, el otro momento fue el siglo XIX, el siglo del Liberalismo: Se exalta la libertad y esto se refleja en los autores inspirados por el filósofo Rousseau, los del Romanticismo, que se abren a palabras de lenguas diferentes.

Veamos una selección de neologismos de algunos de los grandes escritores de todos los tiempos: Cervantes llama baciyelmo a la bacía de barbero que se coloca don Quijote; García Márquez, en su última novela, tomando como modelo el término bocamanga crea el vocablo bocapiernas. Más: Un poema de Neruda se titula “Desespediente”, mezcla de desesperación y expediente. Y el libro más importante de César Vallejo es “Trilce”, neologismo que abarca lo triste y lo dulce.

PARTICIPACIÓN

Dicho esto, creo que podréis adivinar cuál es la propuesta de participación. Sí, se trata de que inventemos palabras. Tomémoslo como experimento, quién sabe, quizás después de publicarlas en este blog, con el boca a boca y el tiempo, acabamos viéndolas en el diccionario. Yo voy a probar con litamor, amor por la literatura.

5 comentarios:

Sakena dijo...

muy bello el "litamor",
a primera vista me sonó a neologismo frañol (franco/español) porque "lit" es "cama" en francés.

Amor por la cama. Mantra del vago o de los enamorados?? buena pregunta ...

Ricardo Guadalupe dijo...

Vaya, no sólo tenemos una nueva palabra sino que además ya la tenemos con dos acepciones! Genial.

A ver, ahora hay que darle también uso. Lo voy a intentar: Jeny practicaba litamor mientras miraba durante horas el techo de su habitación. En él había pegado unas estrellas fosforescentes que le daban la sensación de tener la cúpula del cielo más cerca que nunca. Tanto es así que Jeny estiraba sus brazos hacia arriba para calentar las manos a la vez que se mantenía tumbada. El día que se despertó con la forma de una estrella en la palma de ambas manos se ayudó de una escalera para dibujarse a sí misma en el techo. A continuación se quedó mirándose, sin saber muy bien quién miraba a quién, hasta que eso dejó de tener importancia. Entonces se levantó de madrugada y se dibujó también sobre la cama, para no dejarse sola, y salió a la calle, con el mismo camisón que le había acompañado todo ese tiempo. Fue en ese momento cuando pudo de nuevo contemplar las estrellas, las lejanas e inefables estrellas.

Sakena dijo...

qué maravilla de cuento!!!

no tengo nada más que añadir, me quedo con la sensación

Julio L. Rodríguez dijo...

Ricardo, amigo, sorprendido me dejas, y más sorprendido al ver ya a una lectora de tu blog. Aunque no creas, me está sirviendo de mucho esta ayuda que nos brindas. Un saludo, ah, por cierto, preciosa foto la del cuento...

Ricardo Guadalupe dijo...

Gracias Julio, de veras. Ya sabes lo que sigo tu blog y tus relatos.