jueves, 6 de noviembre de 2008

Jorge Debravo (Costa Rica) / La hermanita menor (fragmento)

"Como ciertos árboles nacen torcidos y ciertos animales nacen bellos, él había nacido bueno, con un corazón tierno y jugoso. Tan jugoso y tierno que, de tocarlo, se hubiera deshecho entre las manos como un puñado de espuma. Piel afuera era un hombre corriente que vestía pantalones de dril, y camisa de mezclilla y llevaba los pies descalzos. Piel adentro era dulce y suave como los frutos maduros a la sombra. Fresco como los zacatales después de la llovizna. Su rostro, endurecido por el sol y el trabajo del campo, dejaba adivinar una ternura escondida, como se adivina la savia debajo de la corteza de los cedros. Su voz tranquila, suave y acariciante, parecía haber sido hecha con algodones húmedos y pulpa de durazno. Amaba a todos los hombres y a todos los animales. Por eso, en el pueblo, era considerado un hombre raro. El amor arraiga tan pocas veces en los corazones humanos que, cuando alguno lo posee y le florece, los demás lo miran a hurtadillas, como si fuera un ser llegado de otro planeta"

1 comentario:

Ricardo Guadalupe dijo...

Murió demasiado pronto, a los 29 años, atropellado mientras iba en su motocicleta. Pero el costarricense Jorge Debravo sobrevivió a su muerte a través de los poemas que nos dejó. Sus orígenes humildes, que le hicieron tener que aprender a escribir en hojas de plátano, no le impidieron llegar a ser un escritor de leyenda. Y es que Jorge Debravo era lo que yo llamo un hombre íntegro, con una escala de valores de una coherencia abrumadora, y que sabía transmitir en sus poemas, con verdad y mucho corazón, las reivindicaciones de los más desfavorecidos, clamando por una justicia social, por una nueva y sana mirada de la realidad.

Tal como plantea en estas líneas de “La hermanita menor”, muy vigentes en nuestros días. Parece mentira que la bondad esté tan devaluada en el sistema en que nos movemos. Las personas buenas y sin dobles intenciones nos llegan a provocar extrañamiento. ¿Es que hemos perdido la esperanza en que es posible un mundo mejor basado en el buen entendimiento y en el amor? Puede que sí, puede que incluso a ti te estén rechinando los dientes al leer esto. Por eso son necesarias voces como las de Jorge Debravo que luchen por la utopía.