domingo, 4 de enero de 2009

Cristina Peri Rossi (Uruguay) / La rebelión de los niños (fragmento)

"En realidad, la profundidad me da vértigo. Por eso he decidido no pensar más, para no caerme. La menor cosa: La meditación acerca de una pequeña pieza del motor de un automóvil, me conduce, por asociaciones y analogías, a otras meditaciones, y así sucesivamente, de manera que la pequeña pieza del motor del automóvil se convierte en el centro de un universo de inquisiciones, de las cuales el vértigo se desprende, como fruto maduro, y con él yo me caigo al pozo, un pozo que me da miedo.

Los demás no tienen pozo o lo han tapado. Si consiguiera bastante arena, yo también lo taparía, pero no creo que alcanzara la que he visto en las playas, y además, es una arena sucia: Tiene deshechos de embarcaciones, de bañistas y de amantes. El amor también deja sus huellas. Sus desperdicios, sus residuos, y a veces el viento, el mar, la brisa que sopla, no se los quieren llevar.

Y el día que consiga no pensar más, nadie lo notará, ya que la mayor parte de la gente que conozco ha resuelto hacer lo mismo"

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Comentario: Pensar o no pensar. Ser o no ser. Esta es la cuestión.

Es tentadora la despreocupación que percibimos en muchos de los que nos rodean y que les confiere una aureola de aparente felicidad. Por momentos me provocan envidia, como envidia tuve en el pasado de las vacas que llevan al matadero sin que éstas sepan que van a morir. Por qué no, en mi caso ser consciente de la muerte y mi descreimiento en otra vida acabaron con mi niñez.

Además, pensar requiere esfuerzo, tiempo, y hasta ganarse una fama de bicho raro al preferir a menudo el recogimiento y el aislamiento ante la incomprensión de los demás. Con lo sencillo que sería dejarse llevar por la dinámica imperante y ser socialmente más aceptado compartiendo hábitos como las videoconsolas, el fútbol o el culto al dinero. Pero no, me quedo contemplando cualquier cosa, como esa pequeña pieza del motor de un automóvil de la que habla Peri Rossi, y por asociación de ideas busco conclusiones, aunque no sepa a ciencia cierta a dónde me van a llevar, o si me van a hacer asomarme a un pozo sin fondo. Y me quedo con la sensación de ser algo masoquista, un inadaptado y un redomado inconformista.

Pero como contrapartida, pensar también me convierte en soñador, humanista y rebelde. Porque pensar es sobre todo una fuente de poder, y si optamos por funcionar como máquinas sin cerebro estamos cediendo nuestra voluntad a aquellos que piensen un poco más que el resto. Y, en definitiva, el sufrimiento y la angustia están ahí para todos, por más que metamos la cabeza debajo de la almohada, así que pensar se presenta como una vía muy útil para canalizar esas energías negativas y para poner remedios a nuestros problemas.

La vida no sería tan interesante sin el pensamiento. Hay diferentes maneras de vivir, y las más intensas y plenas tienen que ver con el buen uso de dones tan preciados como el pensamiento y el amor. Puesto que pensar, como amar, te lleva a conocer el sufrimiento en mayor medida pero también a disfrutar y a gozar más de los placeres que nos ofrece la existencia y la naturaleza.

De todos modos, esto es hablar por hablar, porque en mi caso pensar no es una elección sino un destino, y no imagino otra forma de alcanzar mi felicidad y mi yo más que pensando, y amando.

10 comentarios:

semifusa dijo...

De todos modos, esto es hablar por hablar, porque en mi caso pensar no es una elección sino un destino, y no imagino otra forma de alcanzar mi felicidad y mi yo más que pensando, y amando.

¿Seremos clones, Ricardo?
Me ocurre lo mismo. Fíjate que hasta creo que casi siempre pienso sintiendo, o que siento pensando, qué sé yo... pero hasta ese punto llega mi doble necesidad, la de amar y la de pensar.

Un beso. :)

Diana H. dijo...

No dejo de maravillarme como un chico ante esta posibilidad de encontrarnos con seres que, detrás de una pantalla, logramos sentir tan cerca a través de la palabra. Cuando el correr de los días y a veces hasta los que más nos quieren (sí, ocurre...)casi nos han convencido de que somos bichos raros por pensar y sentir como lo hacemos. Soy otra más de quienes no tenemos opción de elegir, (semifusa, el experimento de clones fue un éxito, además, por lo prolífico): vivir sin pensar o amar rebaja vilmente el significado de la palabra vivir a poco más que respirar.
Por supuesto, ambas cosas duelen... pero, ¿no hay ya demasiada gente perdiéndose el misterio loco que esconde una gris pieza de auto?
Saludos, Ricardo. Voy a buscar más material de esta uruguaya vecina...

Ricardo Guadalupe dijo...

Lo que es alucinante es que con las dos me haya pasado que mientras visitaba vuestros universos blog, vosotras estábais haciendo lo mismo con el mío, y al volver me he encontrado de forma sucesiva con vuestros mensajes, posiblemente escritos al mismo tiempo que los que os he dejado yo.
Será que algo de clones sí que tenemos :-))

Dante Bertini dijo...

hola! encontré, en estos días en que las palabras se han escapado de mi mente, un comentario tuyo en uno de mis blogs, algo abandonado.
Gracias por la visita. Conozco a Cristina muy bien y supongo que a ella la haría feliz que la cites tanto.

Diana H. dijo...

Gracias de verdad por tus palabras, una alegría recibir un comentario tuyo en mi blog. En mi incipiente espacio ( que tiene por ahora muchos más deseos de "ser" que otra cosa...) comenté para aclararte lo de la cita. Ojalá no me abandones con tus consejos. Yo aquí, seguiré aprendiendo.
Saludos.

gemmacan dijo...

Hace muchos, muchos años, cayó en mis manos "Solitario de amor" de Peri Rossi. Lo he leído varias veces a los largo de mi vida, y me marcó tanto que no he dejado de buscar a ese tipo de amante en cada esquina (obviamente sin fruto alguno). En cambio, y tal vez por razones políticas, nunca me gustaron los artículos que posteriormente leí de ella, así que me quedé con aquel recuerdo y no volví a abrir ninguna de sus novelas. Pero no por ello puedo dejar de reconocer que maneja el mundo de los sentimientos como pocos, la metáfora, la sensibilidad y la realidad más cruda.
La desprecoupación es realmente tentadora, pero algunos preferimos (o más que una preferencia se trata de una mácula congénita) deleitarnos en los detalles, en la observación, en el estudio y el análisis de todo y en particular todos de cuanto nos rodea. Sería sencillo dejarse llevar por la corriente, incluso puede que alcance uno así un estado de felicidad idiota envidiable, pero no va con nuestra actitud, ni con nuestra satisfacción, ni con nuestra conformidad.
Pensar y amar, dos acciones que nos llevan casi siempre a un sufrimiento que no tiene porqué ser amargo, pero al que ni queremos ni podemos renunciar. Forma, sencillamente, parte de nuestra naturaleza.
Voy en buca del "Solitario de amor". Cuestión de masoquismo.

Ricardo Guadalupe dijo...

Luzdeana, una vez me has aclarado la cita de Floubert, creo que entiendo lo que puede significar para ti, y lo que puede significar para tantos de nosotros en muchos momentos. Y en cuanto a la visita de tu blog, el honor es mío.

Como honor es que me visite "cacho de pan", ¿o debería decir Dante Bertini? Seguro que sus palabras no se han escapado de su mente, sino que andan rumiando alguna nueva composición que vuelva a expresar la sensualidad con el mayor de los virtuosismos. Admiro su arte y su manera de vivir la vida, valga la redundancia. Y me alegra mucho leerle que a doña Cristina le gustaría mi pequeño homenaje. Y me alegra también haber visto su nombre, el de Dante Bertini, entre los intelectuales que firmaron el manifiesto de repulsa que originó el despido de Cristina Peri Rossi.
Un abrazo!

Y en cuanto a ti Inga, masoquista Inga ;-), qué grato me es siempre leerte. Y curiosamente, yo también tengo un libro al que recurro a menudo de forma compulsiva, y más curiosamente todavía, se trata del libro de un autor con el que no comparto sus ideas políticas, y en cambio, nunca, bajo ningún concepto, renunciaría a seguir viajando al final de la noche, como tampoco renuncio a seguir leyendo otros libros de mi adorado Céline.

Sólo una cosa más, una frase que me ha venido a la cabeza con todo este asunto político de Peri Rossi, la dijo Voltaire: "No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero defendería hasta la muerte su derecho a decirlo"

gemmacan dijo...

Buena frase esa que citas, sí, ya la había leído y estoy completamente de acuerdo con ella. Así debería ser en todo lo que concierne a los individuos que forman parte de una sociedad.

Y no me llames públicamente masoquista (¡hombrepordioscoñoya!) ;)

Trenzas dijo...

Pensar es un lujo que sólo está al alcance de los que no tienen miedo.
Lo facilito es dejar que las cosas nos traspasen sin dejar huella; con eso evitamos angustiarnos y hemos aprendido a no tener responsabilidades mentales.
Porque si las tienes, te involucras y si te involucras, sufres.
El caso de Peri Rossi con los impresentables de Catalunya Radio, levantó ampollas entre muchos catalanes. No entre los que ya sabemos, pero sí entre la gente normal, que lo consideró un fracaso de la libertad.
Aquí tuvimos también un caso sangrante con una profesora de universidad que llegó a los tribunales y en que la universidad tuvo que dar su brazo a torcer.
Lamento profundamente estos casos, que no tienen su equivalente a nivel de calle. Soy madrileña de padre barcelonés y jamás me he sentido coaccionada ni dejada de lado, cuando me he expresado en mi lengua materna. Pero claro, yo no hablo con políticos ni tengo que vérmelas con extremistas idiotas.
Es bueno y es justo salvaguardar todas las culturas, todas las lenguas, todas las tradiciones; es malo querer que prevalezca sólo lo nuestro.
Un abrazo, Ricardo.

Ricardo Guadalupe dijo...

Gracias Trenzas por tu valiente y sincera opinión. Al fin y al cabo, dónde si no en un blog podemos expresarnos con esa libertad que tanto necesitamos. Y sí, pensar, tal como has demostrado, significa no tener miedo.
Un abrazo