sábado, 28 de febrero de 2009

Me importa un pito, de Oliverio Girondo (Narrado)


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Comentario: Este poema contenido en el libro “Espantapájaros” es con el que arranca la película “El lado oscuro del corazón” y el que a mi parecer mejor la representa. Y es que, ¿quién no busca un amor que le haga volar? Por encima incluso de la belleza física, tal como dicen sus versos, ¿o no es así? Quiero decir, no tiene por qué ir por separado, pero si hay que elegir está claro que efectivamente no hay nada como hacer el amor estando en una nube. Otra cosa es que la gente necesite de la belleza física en su pareja para que le broten las alas, o al menos de cierto grado de atractivos físicos. Por otro lado, considero un handicap condicionar el vuelo a ese requisito cuando en otros aspectos posiblemente más importantes para nuestra esencia se nos haga sentir colmados y plenos. ¿Qué opináis vosotros? ¿Os sentís preparados para dar prioridad a lo importante? ¿En qué consiste el deseo? Recuerdo que en la película el protagonista llega a un orgasmo azul con una ciega. ¿Tiene que ver el hecho de que el otro o la otra no vea o no se quede en nuestra apariencia para que nosotros mismos podamos ver más allá? Nosotros los hombres hemos basado nuestra excitación en la vista mucho más de lo que lo hacéis las mujeres. Y según tengo entendido esas formas que normalmente buscamos, como los pechos grandes o las caderas anchas, tienen que ver con nuestro instinto de procreación y con lo apto que percibimos el físico de la mujer para dar a luz y criar un hijo. Del mismo modo, intuimos, que la mujer que pone trabas al desarrollo de su cuerpo, como ocurre en el caso extremo de las enfermas de anorexia, lo que está es poniendo trabas a su propio desarrollo como mujer hacia la edad madura, entendiendo madurez como el estado óptimo en el que plantar la semilla. O sea, y resumiendo, hay que ser consciente de lo que realmente buscamos así como de dónde vienen nuestras preferencias físicas. Todo con tal de aprender a volar lo más alto posible y de que no se nos despeguen luego las alas como a Ícaro.

Que tengan ustedes un feliz vuelo.

14 comentarios:

Lucía dijo...

Desde que vi "El lado oscuro del corazón","Espantapájaros" es mi libro de cabecera y Girondo mi poeta preferido. Subiela supo fusionar de manera increíble poesía, música e imágenes. ¿No me digas que no es una maravilla ver a Benedetti recitar ese poema en alemán?
Ha sido un placer escucharte, y me ha encantado que esta vez eligieses a Girondo.

Gracias por dejarme poner uno de tus vídeos en el blog, lo haré esta próxima semana. He elegido el de Octavio Paz, no conocía el poema y me gustó mucho, y creo que en ese recital estás soberbio.
Y el honor, desde luego, es mío.

Un abrazo.

Diana H. dijo...

Es curioso, Ricardo.
Desde que visito sitios que considero amigos,como éste, varias veces he sido testigo de coincidencias que nos conectan a quienes, por hilos del destino y no tanto, nos hemos elegido para estar cerca en este nuevo universo que nos brindo la tecnología.
Me mata este texto. Adhiero a tu excelente comentario.
Justamente lo compartí hace unos días con una amiga montenegrina, que está aprendiendo español y viviendo aquí y es artista. Le encantó. Creo que tienes mucha razón en eso de que se acerca tanto a la forma en que las mujeres sentimos el amor. Y que sea un hombre su autor, es lo que me pega de esa manera.
Qué placer disfrutar de las palabras de estos grandes con gente que lo hace tanto como nosotros. Un beso grande.

olga dijo...

Hola Ricardo!! Me ha encantado el poema y voy a tener que hacerme con la película (una más!!) porque por desgracia aún no la he visto. Tú blog me está descubriendo tantas películas que no voy a tener tiempo para verlas todas :-). Me ha gustado mucho comprobar que escuchas las conversaciones "vanales" de despacho y les das una vuelta más...Sólo una cosa...no me importaría ser Ícaro cuando pierde sus alas si hubiese llegado a aproximarme al sol tanto como él lo hizo.

Un saludito,

Olga

gemmacan dijo...

Justo hoy, en el que pongo fin a un vuelo que cayó en picado, me traes (nos traes) este texto de Girondo, que bien conocía. Y justo me atrevo a ello, a parar motores, porque sé que ha de haber hombres a los que las alturas ni les asusten, ni les inquieten. Hombres a los que el asfalto les sepa a poco, y busquen o esperen, un globo aerostático, al que subirse para soltar lastre.
En la vida, que ya es dura de por sí, hay que aferrarse a los sueños del volar, que para personas pedestres, siempre hay tiempo de sobra.
Fantástico, Ricardo. Para mí, hoy, ha significado el entrar aquí, como la confirmación de que mi avioneta debe seguir el rumbo a las coordenadas de mis principios y mi felicidad.

Un abrazo!

CristinaVR dijo...

Bueno, Ricardo, me sumo a lo que ya han comentado tus amigas.
No conocía el poema y ha sido un goce descubrirlo.
Ah! Si es que no hay nada como el sexo del alma!
Muchas gracias.

Rafa Ventura dijo...

Amigo Ricardo:

Enhorabuena por "El rizo de Ventura", es un relato estupendo; por tu poesía, por tu sección "Las palabras" -de inestimable valor para todos aquellos que tratamos de escribir-, por tus recitaciones magníficas, por el acierto en la elección de los textos que comentas (Lispector, Cortázar, Márquez, Peri Rossi, Sábato, Paz,...).

En definitiva: felicidades por tu bitácora y por el compromiso que supone con la literatura, ese amor infrecuentemente correspondido.

Te abrazamos ;-)

Fedora y Goti

Trenzas dijo...

También creo que hay que ser consciente de lo que buscamos, aunque creo que eso sólo se aprende con la experiencia y, mientras tanto, duele :)
No conocía el poema ni he visto la película, así que sólo puedo decir que me ha gustado muchísimo y que voy a intentar encontrar al´go más de Girondo o ese mismo libro que tanto alabáis.
Y el recitado, buenísimo, como siempre :)
Decirte que hoy es el primer día, de muchos, en que veo entero el blog. Me salía una pantalla verde, sin ningún post, ni dato. ¿?
Un abrazo fuerte, Ricardo.

abaranda dijo...

Bravo, Ricardo, eres un artista, tú también vuelas!

Ricardo Guadalupe dijo...

Lucía, precisamente estuve narrando esta semana "Prisa" en el café-librería "La buena vida", y es emocionante comprobar cómo llegan las palabras de Octavio Paz.

Luzdeana, me parece que tu amiga montenegrina ha elegido un buen método para mejorar su español. Leer textos de esta categoría te hace desear aún más la lengua española y llegar a amarla.

Olga, de "vanales" nada, vuestras convesaciones son la mar de interesantes, y para mí es fantástico escucharlas y poder participar en ellas ya ni te cuento.

Inga, qué tremendo lo que cuentas y qué evocador también. Lo que está claro es que, en compañía o no, tú sigues volando por todo lo alto. Gracias por ser como eres y un abrazo muy fuerte.

Julio L. Rodríguez dijo...

Me sumo a todo lo que te han dicho, EXTRAORDINARIO poema, no lo conocía Ricardo. Buena elección. Magnífica declamación. Y con respecta a la peli, buenísima, me dio tanto gusto ver a Benedetti. Un abrazo amigo.

Ricardo Guadalupe dijo...

Notre dame, buen planteamiento el que haces al hablar del sexo del alma. Los ángeles se dice que no tienen sexo, ¿y el alma? ¿tiene sexo el alma?

Víctor Goti y Fedora, muchas gracias por vuestro abrazo y por vuestras palabras, las cuales valoro especialmente viniendo de vosotros, quienes tenéis un compromiso vital con la literatura máximo.

Trenzas, hablaré con quien tenga que hablar para que no vuelva a pasar que mi blog no esté visible para ti, ya sabes que formas parte de él. :-)

Baranda, maestro!, no te puedes imaginar lo que me ha alegrado tu comentario. No dejes de pasarme tu música "café del mar", seguro que supondrá un nuevo aprendizaje para mí.

Ricardo Guadalupe dijo...

Akira, gracias amigo, y, efectivamente, no ocurre todos los días conseguir que Benedetti actúe en una película, y nada menos que recitando en alemán! Aunque sí han sido varias las películas inspiradas en sus poemas. ¿Alguien ha visto “Despabílate amor”, la otra película surgida de la conexión entre Benedetti, Subiela y Grandinetti?

CASANDRA dijo...

dónde está la magia? quien nos hace volar? a veces solo uno lo ve, y en un solo instante cambiarmos nuestro punto de vista para descubrirlo. Que maravilla vivirlo.

Ricardo Guadalupe dijo...

Casandra, tú lo has dicho, volar depende de uno. Hay que tener en cuenta que todos tenemos nuestra propia puerta que nos encamina al cielo y las nubes. Basta primero encontrarla y después tener el coraje suficiente para abrirla y volar.