miércoles, 18 de noviembre de 2009

Documentándome sobre la vida en la Tierra


La vida surgió en una determinada etapa del desarrollo general de la materia.

Todos los seres vivos sobre la faz de la Tierra realizan tres funciones básicas, a saber, relación, nutrición y reproducción.

Los vestigios de vida más antiguos que se han descubierto tienen 3.800 millones de años.

La Tierra en esos tiempos era un lugar muy diferente al de nuestros días. Por ejemplo, la actividad volcánica era intensa, y había fuertes descargas eléctricas debido a las constantes tormentas. A su vez, el paulatino enfriamiento de la Tierra había determinado la condensación del vapor y la formación de un océano primitivo que cubría gran parte del planeta.

Ese océano era una sopa de moléculas orgánicas acumuladas durante cientos de millones de años. Fue el caldo de cultivo primitivo a partir del cual pudo surgir la primera forma de vida. Concretamente apareció en el fondo oceánico, cerca de las fuentes hidrotermales de las que el agua brota a altísimas temperaturas.

El primer organismo vivo sobre la Tierra fue una célula procariota. Al fin, tras seguramente trillones de intentos, una molécula había sido capaz de rodearse de una membrana y reaccionar a su entorno, protegerse de las condiciones adversas, alimentarse, reproducirse, es decir, ¡vivir! La molécula victoriosa fue un ácido nucleico autoduplicante similar al ARN, esencial para la síntesis de proteínas.

La célula procariota recién formada se reprodujo por bipartición, de manera que se fue dividiendo en dos sucesivamente. Tuvo alimento y energía suficientes para reproducirse durante cientos de generaciones hasta cubrir la totalidad de la extensión de los mares. Se produjo así la primera explosión demográfica de la historia de los seres vivos.

El siguiente gran paso en la evolución de la vida se dio con la aparición de las células eucariotas, hace unos 1.500 millones de años. Más adelante surgirían los primeros organismos pluricelulares, hace unos 670 millones de años.

Mucho más próximo a nuestros días, el naturalista Charles Darwin, del que este año se conmemora el segundo centenario de su nacimiento y los ciento cincuenta años de la publicación de su obra cumbre, puso en claro que todos los seres vivos son el resultado de un prolongado desarrollo, gracias a un proceso de evolución de los organismos en cuyo transcurso las formas más primitivas se convierten en otras más elevadas.

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La espiral celta, cuya imagen está al inicio de esta entrada, representa principalmente la interrelación existente entre todos los elementos de la Naturaleza. Se trata de una figura que está presente en el movimiento de los planetas y en el ADN, en el Universo y en los seres humanos, en el macrocosmos y el microcosmos. Simboliza también la evolución de la materia hacia el espíritu, el camino ascendente de la evolución.

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En el poema “Con Martí mirando las estrellas”, del libro Versos del Pluriverso (año 2005), el sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal escribió los siguientes versos:

“Todo ser tiende a trascenderse. / A ser un ser superior al anterior. / ¿Y el ser humano no tenderá también / a trascender a otro ser mejor? / Pero es peligroso hablar de Dios”

“El hombre nació del primate / ¿qué naciera del hombre?”

“¿Y si todos los extraterrestres del universo, con nosotros, / estamos tratando de crear un universo mejor, / un nuevo universo?”

12 comentarios:

ALEX B. dijo...

Está usted últimamente muy científico.
Siempre me encantó la ciencia ( de hecho soy de ciencias puras aunque en el blog no lo parezca tanto),y me gusta la forma tan sencilla que tienes de compartir con nosotros lo que sabes o descubres o estudias.
Un beso Ricardo.

Lala dijo...

Pues es muy fácil y grato documentarse contigo. Y es que yo soy de letras, no como el comentarista anterior, jeje, y no sabría interpretar la ciencia sin ayuda de personas como tú, jajaja!
Es lo que tiene escribir bien, que se te lee muy bien! ;)
Y lo que me gustan los símbolos celtas. Algunos tengo.
:D

Se te echaba de menos


Un beso


Lala

El Drac dijo...

Hola amigo, me encanta tu blog y más me sorprende el desprendimiento con lo que nos entregas tu saber que dios sabe cuánto esfuerzo y dedicación te habrá costado. No sé dar premios; pero si supiera cómo, ten por seguro que tú te mereces uno. Un abrazo.

pepa mas gisbert dijo...

Toda la vida es pura matemática, hasta yo misma lo soy, y siempre me gusta pensar, por pura estadística, cuantas celulas procariotas se perdieron en el intento de tener un núcleo. El esfuerzo del ser vivo por cambiar.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Gracias por la información. A veces pinto y pinto espirales cuando pienso...Será conexión con el universo;)

Urania dijo...

Me gusta lo del tema de la vida... algo que parece tan simple es incluso tan comlicado de definir. Por ejemplo, los virus, esos seres que nos fastidian en general, no se pueden considerar seres vivos ya que ¡necesitan otro organismo vivo para vivir, y sobre todo, reproducirse! o quedan latentes, y demás... También es fascinante la idea de los límites de la vida: los seres, cuanto más macroscópicos, más frágiles; pero hay bacterias, amebas y seres chiquitos que aguantan temperaturas de más de 100C o de -70C, medios ácidos, grandes presiones... somos listos (+ ó -)y con la cabeza grande, pero no tenemos la capacidad de supervivencia de esos seres vivos. Un golpe puede matarnos, y a esos bichos son superresistentes.
Otra cosa fascinante son también las plantas: pon cemento, asfalto o lo que sea... si no lo cuidas, en unos meses sale hierbita ... es fantástico!!
Otra prueba preciosa de la capacidad de supervivencia de las plantas son los árboles que sobrevivieron a la Bomba en Hiroshima, a los que tuve el honor de 'conocer'. Decían que nada crecería en 70 años... y a la primavera siguiente, estaban floreciendo.
Me gusta la espiral como símbolo... pero la del ADN es una hélice, (doble) jeje.

Diana H. dijo...

Me uno a Lala: hasta un informe científico se hace interesante en tus palabras. Le has dado a esa historia de la célula forma de cuento con final abierto. Y el aporte de la ciencia nos deja con más preguntas, y más maravillados todavía. ¿Cómo es que esa célula lo logró, si antes hubo trillones de fallos? Todo lleva al movimiento, la evolución es una fuerza inexorable.

Admiro la constancia con la que llevas tu investigación, tanto como la pasión que refleja tu voluntad de compartirla con nosotros.

Y también te eché de menos (acá decimos: te extrañé, que es lo mismo).
Un abrazo.

CristinaVR dijo...

Ricardo, hoy mismo me llegó una información que nada más verla pensé en que a lo mejor te pudiera interesar: con motivo del año internacional de la astronomía, en la Residencia de Estudiantes de Madrid, C/ Pinar 21, el martes 24 de noviembre, a las siete y media de la tarde, conferencia sobre la formación de la Vía Láctea, por Emilio Alfaro, presidente de la Sociedad Española de Astronomía.
Besos.

lopillas dijo...

Menuda utopía!!! le dijeron las moléculas de la sopa a la futura procariota ;)
Besitos, Ricardo

Beatriz dijo...

Ricardo, ¡cuánto se aprende contigo!. He de decirte que de ciencias no soy muy dada a hablar por mi escaso conocimiento del tema pero leyendote a ti, con tus precisiones y tu claridad para explicar lo que sabes despierta en quienes te leemos el gusanilo de "querer saber más sobre los misterios que aún quedan por conocer acerca de quienes somos y de donde venimos"
Un abrazo

Anónimo dijo...

Un tema muy interesante, aunque el último párrafo no solo es de ciencia sino de ficción.

Saludos.

Ricardo Guadalupe dijo...

Hasta aquí de momento el apartado “científico”. Lo cierto es que no estaba seguro de que os fuera a interesar, pero el hecho de que me hayáis leído e incluso comentado me ha hecho sentir más acompañado en esas largas horas de documentación e investigación acerca del origen de la vida y su evolución.

Urania, me ha encantado lo que has explicado sobre las plantas. Por lo visto la vida se abre paso hasta en el asfalto. Es fabuloso.

Y mi agradecimiento especial a notre dame, a quien debo el final de esta entrada. Puesto que en un principio pensé en cerrarla con algún texto de Carlos Castaneda en el que hablaba del destino de la evolución natural y del hombre, pero eso fue algo que descarté al documentarme sobre Carlos Castaneda y descubrir que su comportamiento como persona era perverso y nada coherente con lo que escribía. En cambio notre dame me recomendó, y curiosamente sin saber que buscaba algo así, unos textos como “Versos del pluriverso”, que conectan plenamente con la idea que quería plantear, y que además son obra de un autor de una integridad absoluta, D. Ernesto Cardenal, que desde ya es otro de mis héroes, por su escritura y por su compromiso social.

Un abrazo a todos