miércoles, 24 de febrero de 2010

De la oscuridad a la luz a través de la escritura

“Estoy a oscuras”, grita el coronel en la escena de “Perfume de mujer” que colgué en el penúltimo post. Está dispuesto a matarse. No soporta la oscuridad. Pero finalmente no aprieta el gatillo. ¿Por qué? Él responde a esta cuestión con otra pregunta: “¿Alguna vez has sentido que querías marcharte y aún así sentías que querías quedarte?”.

Esto tiene que ver con lo siguiente: El hombre es hombre desde que nace, eso es así, somos. Pero según vamos adquiriendo conciencia van apareciendo las dudas, las preguntas; preguntas que surgen de cierto vacío, de cierta desesperanza, del caos que nos provoca estar a oscuras.

Pero al mismo tiempo percibimos esa oscuridad, esa nada, como la ausencia de algo. Es decir, sentirnos indigentes de algo es lo que nos señala la posibilidad de ese algo.

Ya tenemos el origen de la pregunta que lanza el coronel. Ahora bien, ¿qué podemos hacer a partir de ahí?

A partir de esa "nada" el hombre habría de tomar sobre sí la responsabilidad de crear su ser, crearse a sí mismo a partir de la nada, bajo su propia responsabilidad apenas nacida. Una responsabilidad nacida con la pregunta, que es el despertar del hombre, con la libertad que el surgimiento y la aceptación de la conciencia le proporciona. La conciencia, a su vez, ha surgido a la par que la voluntad personal y ésta se crece con la resistencia.

A partir de aquí puede iniciarse el largo proceso de la creación de la persona. Lo que podríamos llamar el camino hacia la luz.

Lo propio del hombre es abrir camino, porque al hacerlo pone en ejercicio su ser; el propio hombre es camino.

Vayamos ahora al último de los posts que he colgado. En él Millás nos transcribe las últimas palabras de un oficial del malogrado submarino Kursk: “Escribo a ciegas”. Este oficial, en medio del horror, en medio de la oscuridad más absoluta, elige la escritura como método para trascender la oscuridad.

No es el único caso, el 20 de marzo de 1912 la expedición liderada por el capitán Scott quedó bloqueada en la Antártida por una violenta nevasca. En su camino de regreso del polo sur habían perdido ya a un hombre. Las hostiles condiciones meteorológicas y el progresivo debilitamiento que arrastraban les hacían imposible avanzar. Nueve días después, el 29 de marzo, el propio Scott falleció. Ninguno de los hombres de la expedición sobrevivió. Pues bien, Scott estuvo escribiendo en su diario hasta el último de sus días. De hecho, en sus últimas palabras decía “El final está cerca. Es una lástima, pero creo que no puedo escribir más”. De nuevo en una situación extrema de oscuridad, de desamparo, la escritura se erige como una vía fiable hacia una forma de luz, de transcendencia interior.

La escritura, la también llamada razón-poética, trata de penetrar en los infiernos del alma para... (pincha aquí para ver el texto completo y seguir leyendo)

17 comentarios:

Beatriz dijo...

Hermoso desafío la escritura que te anima a enfrentarte a la sinrazón de imaginar, de envolvernos en la vóragine de las fantasías y la mayoría de las veces desde la oscuridad de una palabra que se resiste a descubrirse. Hermosa batalla para los que disfrutamos con la escritura.
Un saludo afectuoso.

Diana H. dijo...

Tu reflexión es una maravilla, Ricardo. Sabemos que compartimos esta visión sobre la escritura y es un perfecto cierre para los posteos con los que fuiste llevando a tus lectores hasta aquí. Mucho de lo que decís era posible captarlo en el video y después en el texto de Millás. Hiciste una excelente labor de ir despertando nuestras propias reflexiones para culminar con este texto tan claro, tan profundo y tan hábilmente llevado para tocar conciencias. Tus palabras van directo a quienes un día decidimos aceptar que amamos escribir y abrazarla con fuerzas. Y de esta manera elegimos buscarnos a nosotros mismos y encontrarnos con los demás.
Como detalle pintoresco, te recuerdo que no fue casual elegir “Luz” en mi nick, “Salida al alba” como nombre de mi blog y la frase con la que recibo a mis visitantes justo debajo del nombre.
También te dejo estas palabras de Onetti sobre eso que nos mueve a escribir:

Durar frente a la vida, sosteniendo un estado de espíritu que nada tenga que ver con lo vano e inútil, lo fácil, las peñas literarias, los mutuos elogios, la hojarasca de mesa de café.
Durar en una ciega, gozosa y absurda fe en el arte, como en una tarea sin sentido explicable, pero que debe ser aceptada virilmente, porque sí, como se acepta el destino. Todo lo demás es duración física, un poco fatigosa, virtud común a las tortugas, las encinas y los errores. (Onetti, “Retórica literaria”)

Un beso especialmente luminoso para vos hoy.

Lala dijo...

Qué interesante!
Yo, ser ignorante por naturaleza, sé que la escritura es como estar vivo y viviendo, la demostración de la vitalidad interior.
Además de la terapia perfecta para todo mal.

Hoy estoy asténica perdida, y esta lectura parece que ha reavivado un poco a mi neurona semidormida...ainnss...


Un beso


Lala

Pluma Roja dijo...

Muy interesante tu post, y sí la escritura es como una especie de luz para el que ama escribir. Da vida y lo mejor da luz a la vida.

Interesante post, como todos los tuyos. Te diré que no me gusta leer post tan largos, más sin embargo, he de decirte que los tuyos son tan interesantes que los leo.

Saludos cordiales.

Hasta pronto.

El Drac dijo...

Qué interesante post Ricardo, realmente como todos los tuyos, en verdad yo no puedo hacer cavilaciones filosóficas y poéticas en este caso sin pensar en Dios, que es mi norte, en Él yo conjugo todos los principios y valores buenos. Creo que todos tenemos algo de Dios y a la vista de la historia nos hemos quedado boquiabiertos viendo cómo se han realizado las visiones de Jules Verne y ahora la tele transportación; entonces me digo en un comienzo nadie hubiera imaginado que un dinosaurio llegara a evolucionar tanto que pudiera llegar a ser ave y ella se alzara al vuelo; y me digo ¿acaso el escribir ficciones y misterios no es dar pasos hacia algo más supremo?. En la teoría de las cuerdas se señala que el último punto de la materia es el quark pero que este al vibrar puede transformarse en electrón, fotón y varias cosas más, al vibrar como una nota en un pentagrama musical y me digo: ¿no será la literatura, la música y todo tipo de arte estimuladores de ese algo que tenemos y que algunos llamamos alma? Un alma etérea y transparente pero que vive y que siente. También leí que todos nos quedamos absortos mirando el mar porque es ese nuestro origen y que nuestra sustancia es muy similar a su composición; claro que, no he profundizado sobre todo esto que estoy mencionando pero por ello no deja de ser muy interesante. Yo confío en el ideal y el ideal para mí es ser espíritu perfecto; unirme con mi creador, argumentos sólidos no tengo, creo que nadie los tiene; sólo me hace aferrarme a ello una profunda emoción, fe que le llaman. Nada en la ciencia está dicho, realmente al descubrir cosas sólo descubrimos lo abismalmente distantes que estamos del conocimiento, y como dijo Cohelo el arte son las profecías de este tiempo y los artistas los profetas de este mundo moderno, quiero creerlo así y por ello me esfuerzo. Un abrazo. Feliz de leerte amigo.

Anónimo dijo...

la escritura es una paja intelectual, una salida para el superego, y por mí bien, porque también es una forma de arte; que por una vez el narcisismo y la soberbia humana sirva para algo bueno.

M.A dijo...

Ricardo, eres un filósofo (y de los buenos).
Totalmente cierto lo que dices sobre la escritura. Yo me voy conociendo a través de lo que escribo, y lo que escribo es lo que me traza el camino y me da luz. La palabra escrita tiene un atractivo único, porque en ella dejamos parte de nosotros; parte de nuestro interior, aunque no por ello nos fragmentamos, al contrario, como tú decías en otro post, en la parte podemos encontrar todos los ingredientes del todo.
O como decía el poeta: Un grano de arena es un desierto, y un desierto es un grano de arena.

Un abrazo con palabras (algo que entra por los ojos y nos va recorriendo por dentro).

Anónimo dijo...

Leyendo tu entrada recordé también el hermoso diario de Anna Frank. Siempre me ha impresionado la búsqueda que hizo esa niña de la luz,a través de la escritura, cuando todo lo demás le faltaba. Lo leí a los trece años, después cuando nacieron mis hijos y hace un par de años en el mismo Amsterdam. Nunca ha dejado de sorprenderme. Su historia sobrevive a través de sus palabras.Ese es el milagro de la escritura.

pepa mas gisbert dijo...

A todos nos gustaria que nuestros últimos pensamientos y sentimientos fueran conocidos.

Un abrazo

Susy dijo...

No sé si te habré interpretado correctamente, yo creo que estar ciego no solo corresponde a algo físico o metafórico si no también, y mucho, a cierta forma de defensa inconsciente o voluntaria.
Y escribir de sí mismo cuesta, duele y libera, dando luz a la ceguera.

Un beso.

ALEX B. dijo...

He leído atentamente tus interesantes reflexiones sobre la escritura como medio de trascendencia interior del hombre. Estando bastante de acuerdo en tu argumentación tan bien apoyada por el video y los textos que nos has ido ofreciendo, tengo algunos puntos sobre los que me gustaría compartir mi opinión.

En una situación de extrema oscuridad, de desamparo, la escritura se erige como una vía fiable hacia una forma de luz, de trascendencia interior.

Estoy de acuerdo contigo, pero también con el Drac, en el sentido de que en esas situaciones, normalmente el hombre busca el amparo en el ser superior, en el dios en que cada uno cree. Sorprende y a la vez reconforta, en que en esa extrema oscuridad, en esas situaciones límite de los ejemplos, el hombre muestra una tranquilidad y una aceptación, que es cierto que se plasma en la escritura que nos llega, pero me pregunto si esa trascendencia se ha adquirido a través de la escritura o si la escritura es una constatación de la misma.

La escritura, la también llamada razón-poética, trata de penetrar en los infiernos del alma para descubrir lo sagrado, que se revela poéticamente.

Ciertamente lo comparto, pero ¿por qué sólo trata de penetrar en los infiernos del alma y no también en los paraísos del alma?
Creo que en esta reflexión estarás de acuerdo y que lo que expresas lo es en la razón de los ejemplos que nos transmites, porque en este caso estamos hablando del paso de la oscuridad a la luz, pero yo también creo en el paso de la luz a una luz más brillante a través de la escritura.

Puesto que el ser está codificado por la palabra poética...

Mi pequeño matiz, siguiendo lo aprendido de unos de mis libros favoritos “ la Poética del Espacio”, de G. Bachelard, diría que el ser está codificado por la imagen poética. El poeta transmite en sus versos esa imagen, no necesita hablarnos del pasado de esa imagen porque la imagen poética ya está arraigada en cada uno de nosotros. El escritor nos ofrece la imagen y nosotros la decodificamos en nuestra alma.
Quizá la palabra poética de la que tú hablas y la imágen poética de Bachelard son una misma cosa.

Perdona mi atrevimiento, y mis “aportaciones” a tu interesantísimo texto.
( hoy estoy algo “enreda”) .
Saludos.

Ricardo Guadalupe dijo...

Muchas gracias por vuestras reflexiones. Al texto cabría añadirle por qué elegimos comúnmente la ficción para escribir. Yo creo que es porque, consciente o inconscientemente, al crear esos nuevos elementos que escribimos, ya sea un personaje, un escenario o un objeto, estamos representando distintos aspectos de nuestro ser. Así, un personaje puede representar nuestro miedo, un escenario nuestro deseo, o un objeto nuestro ego, por ejemplo. Y así sucesivamente.

Recordemos que eso mismo nos ocurre en los sueños, donde todos los elementos nos pertenecen, todos representan distintos aspectos de nosotros mismos.

Incluso me atrevería a decir que es lo mismo que ocurre con la realidad que nos circunda. Ese amigo, la casa o esa prenda son ejemplos de realidades que identifican ciertas maneras de nuestro ser.

Ricardo Guadalupe dijo...

Dicho esto, gracias de nuevo por vuestros interesantes pensamientos. También por compartir citas y fragmentos de autores como Onetti o Coelho, y por traer a la memoria más casos de escritura extrema como el de Anna Frank, gracias en este caso a ti, techocolatecafe.

Un abrazo con palabras (me ha gustado esa expresión, Mercedes). Y por último, la maravillosa frase que tiene Luzdeana bajo el nombre de su blog: “Y vi esta luz, aunque todavía no había abierto los ojos”.

Ricardo Guadalupe dijo...

Alex B., no había visto tu comentario antes de colgar los míos. Acabo de leerlo y es genial. Vamos por partes. No existe un único camino válido para todos, y así debe ser. Tú planteas la búsqueda de fuerzas en la fe en un ser superior. Bien. Es respetable. Y compatible con la búsqueda que yo planteo, que también pienso que es respetable, y muy útil para los agnósticos como yo.

Y estoy de acuerdo contigo en que la escritura o razón-poética puede expresar distintos estados de la persona. Ya sea un nivel iniciático, un nivel de proceso o uno de realización. Escribir no es sinónimo concreto de ninguno de esos estados. Escribir es fundamentalmente camino. Así que con esto espero haberte contestado a lo que comentas acerca de si la escritura está antes o después de la aceptación de uno mismo. A mi parecer la escritura es una herramienta útil en todas las fases en que la persona se está creando a sí misma.

También estoy de acuerdo contigo en que se puede escribir motivado por la luz, y no sólo por la oscuridad. Claro que sí.

Ricardo Guadalupe dijo...

En lo que no estoy de acuerdo es en defender la imagen como código de nuestro ser en detrimento de la palabra. Para mí la imagen es más superficial, mientras que la palabra es más profunda y tiene más matices. La palabra ejercita en mayor medida la razón. Y es un medio para comunicarnos mucho más eficaz y claro. También es más resistente al paso del tiempo. Aún hoy reverenciamos y sentimos como nuestras palabras formuladas hace miles de años.

Dices que la imagen está arraigada en nosotros, prácticamente de manera inalterable. Puede que sea así. Pero lo que realmente importa no es aquello que confunde presente y pasado sino precisamente aquello que evidencie el progreso, aquello que nos ayude a evolucionar. La palabra es un ente creador en el que el ser encuentra un aliado para trascender.

Ricardo Guadalupe dijo...

Para ahondar en esta teoría citaré a Ortega y Gasset. Este gran maestro decía: “Si el hombre quiere de verdad poner en claro su ser y su destino, es preciso que logre adquirir la conciencia histórica de sí mismo”. Y decía más: “Todo tigre es un primer tigre; tiene que empezar desde el principio su profesión de tigre. Pero el hombre de hoy no empieza a ser hombre, sino que hereda ya las formas de existencia, las ideas, las experiencias vitales de sus antecesores”. Y concluía diciendo: “Por eso su vida está hecha con la acumulación de otras vidas; por eso su vida es sustancialmente progreso”. Creo que no hace falta que te diga qué era aquello que para Ortega y Gasset hacía posible adquirir la conciencia histórica de uno mismo y por tanto progresar. Sí, es la Palabra.

Ricardo Guadalupe dijo...

Por último, transcribiré las acepciones que “palabra” tiene en el diccionario. Son tremendamente sustanciosas:
(Del lat. parabola).
1. f. Sonido o conjunto de sonidos, o su representación por medio de letras, que forman una unidad de significado.
2. f. Capacidad de una persona de expresar su pensamiento con esas unidades.
3. f. Facultad de hablar.
4. f. Aptitud oratoria.
5. f. Compromiso o promesa que una persona hace para cumplir algo.
6. f. Derecho o turno para hablar en reuniones.
7. f. Afirmación o exposición de un asunto que hace una persona.
8. f. En la religión cristiana, Jesucristo.


Muchas gracias Alex B. por tu interesante opinión y por estimular la mía.
Un abrazo