jueves, 11 de marzo de 2010

El heredero

...Este es el final de la historia. Ahora todo queda en tus manos, seas quien seas.
...Llevo dos días caminando. Aún me pitan los oídos a causa de las bombas. Sólo espero que esa casa que diviso sea tu casa, que no encuentre más mesas tiradas y fotos desparramadas. Porque me temo que no podré seguir más allá de esa casa. A cada paso que doy todo lo que alcanzo a ver oscila cada vez más de un lado a otro. Y no pienso emplear ni uno solo de los papeles en taponar la herida. Son tuyos, hagas lo que hagas con ellos. Me gustaría que los leyeras, eso sí. Y después, ya da igual. Quémalos si quieres. Al leerlos algo de mi mensaje habrá quedado en ti, y entonces es posible que algo cambie, que lo que escribí pudiera influir para bien, qué sé yo, para que no haya más bombas, por ejemplo. Pero antes tengo que encontrarte, y la casa es como si se alejara, dejándome a solas con el pitido de mis oídos. Es un maldito pitido casi imperceptible, casi la nada, y que en cambio lo impregna todo, de un tinte irreal. Allá donde miro escucho la sordera de las cosas, en las zarzas, en el camino. Ni siquiera la casa parece real.
...De repente un fuerte sonido ha roto la nada. Recorre mis vértebras tras brotar de la casa: Se trata de un llanto estremecedor, tu llanto, mi esperanza.


© Ricardo Guadalupe

16 comentarios:

Lala dijo...

Qué hermosura de texto!
Qué dureza y qué ternura al mismo tiempo.
El último párrafo es increíble...


Un beso



Lala

El Drac dijo...

Es estremecedor tu relato, ¿sucederá así realmente? las cosas baladíes de la vida a la cual le damos suma importancia, ¿nos ganarán en esos últimos instantes? Y el llanto al final, que es en resumidas cuentas el único trozo más grande de realidad entre tanto destrozo. He estado observando tus post anteriores y veo que los comentarios son variopintos, ¡si hasta parece que hablaramos de temas distintos!. En fin es lo que veo y lo que siento. Tu homenaje lleno de arte surrealista y espeluznante a ese fatídico 11 Marzo, fue conmovedor. Chau Ricardo.

Beatriz dijo...

Conmovedor relato.
Ojalá no tuviera que ser reflejo de una cruel realidad.
Ese llanto estremecedor y hermoso sinónimo de vida, desgarra.
Enhorabuena.

M.A dijo...

Guauuuuuuuuuu. Me ha encantado tu texto. Vas leyendo como a ciegas, sin saber muy bien lo que ocurre hasta que lo comprendes.
El final es como cuando después de soportar el estruendo de la tormenta y el cielo gris,por fin, comienza a llover. El agua (como las lágrimas) es signo de vida y de que el corazón late (sea como sea).
Un magnífico texto, Ricardo. Enhorabuena.

Pluma Roja dijo...

Ese 1 de marzo quedó grabado en el corazón del mundo. Muy sentido relato me solidarizo con la familia de las victimas y con quienes vivieron tan de cerca dicho asesinato múltiple.

Saludos cordiales

Hasta pronto, un abrazo.

ALEX B. dijo...

Tu texto es muy bello Ricardo.
A veces la belleza también está en la desperación.Desear el llanto,como única esperanza, es doloroso y emotivo a la vez.Ha provocado en mi un itenso sentimiento de protección hacia tu personaje y hacia sus palabras escritas en esos papeles, que han de llegar a su destino, como sea, aunque lo sea a costa de no taponar esa herida.
Mi admiración y un beso.

casss dijo...

Siempre que se escribe algo tan sentido algo queda. Vale la pena leerlo.
Saludos!!

Mirta Pagola dijo...

Gracias Ricardo por tus palabras, es mi primer visita.
Que bueno que el dolor pueda decirse de ésta manera... Se siente la luz de la esperanza, que así como todo empieza tambien termina, aunque a veces no entendamos muy bien que pasó en el medio, y solo nos quede dolor.
Abrazo de luz, vuelvo pronto.
Mirta

pepa mas gisbert dijo...

Que triste que un llanto devengue esperanza, pero la historia esta llena de esas tristezas. Hermoso texto.

Un abrazo

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola Ricardo!
El llanto y la esperanza.
Dos palabras demasiado unidas...

Saludos de J.M. Ojeda.
P.D. Me gusto su relato.

Anónimo dijo...

la esperanza sube como el champan, hay que vigilar el bajón..

buen relato.

Anónimo dijo...

Es un texto estremecedor. Estos días pienso mucho en todo lo que perdemos por el camino, y en todos los que perdemos por el camino y en lo horrible y desgarrador que debe ser que te arrebaten a un ser querido. Si ya es triste porque la vida impone su fin, no quiero ni pensar, cuando la muerte es impuesta por guerras,atentados, asesinatos...La fecha impone el llanto. Un once M, sólo puede hacer llorar, y a partir de este año,a mí ya, sólo me traerá más tristeza.

graze dijo...

¡El texto hace que te metas en la historia! El último párrafo rompe la idea de carta, pero el sonido del llanto te hace imaginar =D

Ricardo Guadalupe dijo...

Gracias. El relato se ha completado con vuestros comentarios.

La idea matriz de este relato me vino de una película: Amigo/Amado, de Ventura Pons. En ella, alguien busca algo de transcendencia a su vida y para ello elige un heredero a quien pasar su sabiduría acumulada, alguien a quien ve capaz de darle buen uso, alguien de quien está enamorado. El desarrollo de los hechos no tiene nada que ver con mi relato, tampoco la ambientación o los personajes, pero quería dejar constancia de esa fuente de inspiración primera que fue la película, y además recomendarla, puesto que la admiro enormemente.

Ricardo Guadalupe dijo...

Leyendo vuestros comentarios, sobre todo el de Alex B., me ha venido a la cabeza esa vieja idea del drama como algo bello. Recuerdo el ejemplo que expuso David López en una ocasión: Un león devora un impala y a continuación hace la digestión en un alto mientras cae el Sol. ¿Es bello?, ¿es horrible? Es bello y horrible al mismo tiempo. Es la muerte y la manifestación de la Naturaleza. En este ejemplo, en esta imagen, sabiduría y estética se mezclan dando lugar a una forma de belleza. Así que yo diría que sí, que también la tragedia puede llegar a mostrarse como algo bello. Dependerá, a mi juicio, de la intensidad de la tragedia y de los elementos que la compongan, puesto que la belleza sólo la alcanzan los valores más elevados, aquellos que expresan virtud y un espíritu vital. En el caso del relato, la situación es dramática, pero en cambio hay algo que dota de cierta belleza al llanto estremecedor: la esperanza.

Os entrego mi abrazo, y en especial a techocolatecafe, muchos ánimos para ti en estos difíciles momentos.

Pluma Roja dijo...

Un atentado tan espantoso, deja siempre secuelas. Quizás con ese último llanto pueda resolverse en alguna medida, aquel recuerdo terrible.

Saludes cordiales,

Hasta pronto, un abrazo. Feliz fin de semana.