viernes, 24 de enero de 2014

La estela del ovillo

Mucho tiempo después, Teseo, solo, regresó al laberinto donde un día consiguiera ser un héroe. Recorrió sus muros, hasta que al pasar una encrucijada, una risa le detuvo. Giró a tiempo de ver desaparecer una túnica femenina. ¡Ariadna! Se conjuró no volver a perderla. Persiguió su sombra, probó atajos, pero no la alcanzó. Pensó que habría escapado del laberinto, y cayó exhausto en un claro. Después le despertó la misma risa. Venía de todas partes. Esta vez no la siguió. Se dirigió hacia la salida, que tapió con piedras y selló dejando seco el barro al sol. Fue de vuelta al claro cuando la vio, más bella que nunca. Pero entonces Ariadna, de forma inesperada, desplegó dos grandes alas. Ella le dijo desde el aire que siempre supo volar. El se quedó pegado al suelo, encerrado.


© Ricardo Guadalupe

18 comentarios:

Ricardo Guadalupe dijo...

“La estela del ovillo” pertenece a otro concurso en el que participé, esta vez de Onda Madrid Radio. Tuve la oportunidad, al ser uno de los relatos seleccionados de la semana, de leerlo en antena. Lo cual además significaba que sería incluido en un libro con todos los relatos seleccionados durante el año. Así que recibí por primera vez uno de esos contratos de los que había oído hablar en los que uno cede los derechos de publicación a cambio de un porcentaje mínimo minimísimo del provecho económico que se pueda sacar de ello. Me hizo mucha ilusión.

Feliciti dijo...

Pues ya es eso Ricardo,ilusión es lo que debería definir el oficio y no las monedas.Precioso tu micro,quedó encerrado en el laberinto?

Un abrazo!

graze dijo...

¡Me gusta mucho! =D

Julio L. Rodríguez dijo...

Y de eso, hace cuánto cabroncete, y mírate, no por algo te apellidas Guadalupe, ya te está tocando eh? Y en cuanto al micro, resumido a la prefección Teseo y el Minotauro. Tendrá algo que ver eso que dicen que cuando nos enamoramos, lo hacemos siguiendo esa "estela del ovillo" que alguien, del otro lado, nos ha dejado?.

Un saludo mi querido Ricardo.

Felipe Sérvulo dijo...

Tienes mi palabra de que vuelvo.
Un abrazo.

Esteban dijo...

¿Y te vas a hacer rico con los derechos de autor? JE JE JE

Me ha gustado !!

Un abrazo,

Esteban
http://champanporlastetas.soy.es

Diana H. dijo...

Era Ariadna realmente o sólo la estela de su ovillo en la memoria de Teseo? Será que Teseo tarde se dio cuenta de que las mujeres podemos volar? La hubiera dejado abandonada si lo hubiera sabido? Podría preguntarme mucho más. Eso me deja tu micro. Y creo que la que presentas es una bella imagen del misterio femenino.
Un beso.

pepa mas gisbert dijo...

Y es que el laberinto es ella Ariadana y su hermosa cabellera.

Un saludo y enhorabuena

Lala dijo...

Ufff...pobre Teseo.
Uno tiene que aprender a descartar los imposibles, pero es
tan difícil!
Y claro, te lías, te lías con el ovillo y ya no hay quien
te libere...



Un saludo!



Lala

Poli dijo...

Ricardo será que así nos deja el amor que no fue? atrapados en lo que pudo ser?
Puf! que me has hecho pensar, en cosas que ya no quiero.

Se que visitabas mi espacio (se agradece) pero parece que a mi laberinto alguien tapió la salida. Ando sin ganas. Es solo eso. Gracias por tus cariñitos!

Un abrazo.

Silvia Gallego dijo...

qué belleza... palabra cuidada, como la mirada que se respira, se vincula, se regala...

me has llevado por los hilos de ariadana, el laberinto cretense...

GRACIAS desde graná

José Ignacio Lacucebe dijo...

El hilo de Ariadna se convirtió en la cárcel de Teseo; me recuerda demasiados hilos que mueven nuestras extremidades.
Suerte

Olgui dijo...

Hola Ricardo! Qué bonito tu relato y que triste también, ayssss el hilo de Ariadna cuantos recuerdos!! Supongo que cuando Ariadna le lanzó el hilo sólo le quería ayudar, pero él se enamoró y no se dió cuenta de que ella tan sólo quería volar...o tal vez puede que quisiera volar con él pero él no supo engancharse a sus alas :-)

Ricardo Guadalupe dijo...

Amaia, sí, Teseo se queda encerrado dentro del laberinto, por querer encerrar a Ariadna, que echa a volar.

Akira, así es, al enamorarnos seguimos a la persona amada y también nos dejamos seguir por ella.

Luzdeana, no puedo responder a esas preguntas, se corresponden con el misterio femenino, y con el masculino. Gracias por avivar sendos misterios.

Graze, Felipe y Esteban, mil gracias por vuestro apoyo.

Ricardo Guadalupe dijo...

Sí, Alma, todos tenemos bastante de laberinto, en el que a menudo nosotros mismos nos perdemos, y ya no digamos el resto.

Lala, efectivamente, se trata de ir recogiendo el ovillo, y no de enredarse en él.

Eso es, Poli, Teseo se quedó atrapado en lo que pudo ser y no fue. Muy buena reflexión, en la que yo mismo no había caído. Por eso es bueno compartir las cosas, porque muchas veces el otro encuentra más sentidos en esas cosas de los que uno mismo se imaginaba. En cuanto a tu blog, esperaré a que abras el mínimo resquicio en esa entrada tapiada, mientras tanto ya sabes que las puertas del mío están abiertas de par en par para ti.

Sylvia, qué alegría ver que has visitado esta mi casa, gracias a ti por tus palabras, tanto las escritas como las que nos regalaste en Graná :-) Ya mismo te estoy devolviendo la visita.

Ricardo Guadalupe dijo...

José Ignacio, sí, a veces corremos el riesgo de convertirnos en marionetas en manos de las mujeres. Ahí también quedamos encerrados, desechados en una caja de juguetes.

Olga, tal como sugieres, el hilo del ovillo no sirve de nada si se rompe otro hilo, el de la comunicación.

Alejandro, tú lo has dicho, lo inalcanzable es eso: lo inalcanzable.

CASANDRA dijo...

pareceria una eterna luche entre la libertad y la posesión quizás....? me gustó mucho.cariños y felicitaciones.

Ricardo Guadalupe dijo...

Bien visto Casandra, libertad y posesión, elementos de esa lucha o de esa balanza que vivimos en la pareja y que de algún modo necesitamos. Sí, también la posesión, entendida como pertenencia a algo o a alguien.
Besos