miércoles, 20 de agosto de 2014

Entrevistado por Sara Roma en la Revista Vísperas

Publicado en la Revista Vísperas el 05/08/14: http://www.revistavisperas.com/entrevista-con-ricardo-guadalupe/

A Ricardo Guadalupe le importa el qué y el cómo, por eso la publicación de “Relatos con abrelatas”, su último libro, es una oportunidad para preguntarle por lo que cuenta y por lo que experimenta para contarlo.

Sara Roma: El amor es un tema muy presente en estos relatos, por ejemplo, en “La ausencia”, “El viaje” y “La alarma”, se habla de la acción para acabar con el inmovilismo, de la imposibilidad de alcanzar el destino en pareja si las velocidades son distintas; de que no nos podemos permitir el lujo de quedarnos parados, debemos fluir.

Ricardo Guadalupe: Ya lo comentaba en mi anterior libro, Frases en el muro, que la pareja debe funcionar como un par de esquís, ir en paralelo, por separado pero apoyándose en los giros, y compensándose uno a otro. Si te fijas, una pareja son dos líneas paralelas. Ya sea paseando o en la cama, en vertical o en horizontal.

S.R.: Creo que los comienzos de tus cuentos dan pie a escribir otra historia y a continuarla. Son un golpe de efecto. Leo textualmente el arranque del relato “Fronte”: «Un golpe de aire caliente fue lo que empujó a la papeleta de una tómbola a través del polvo levantado por el gentío, llevándola más allá de los puestos de bisutería, lejos del ruido de las casetas de tiro al blanco y del centelleo de la luminaria. Solo la rueda de un carromato consiguió atraparla».

R.G.: Cuando escribo un relato corto tengo la novela en la cabeza, pero cuento lo justo, lo justo para que cada lector componga su propia novela, que será diferente a la mía y a la del resto de los lectores. Ahí radica gran parte de la magia y el juego que provoca un cuento.

S.R.: Precisamente, el ser humano se diferencia del animal en su capacidad para utilizar el lenguaje, aunque las nuevas tecnologías parece que nos están llevando a una involución. “Vasos comunicantes” es una crítica social a esas personas que solo se comunican a través de aparatos.

R.G.: Espero que la velocidad de los tiempos no nos haga perder el placer de las conversaciones largas y en persona. Yo reivindico las tertulias de los cafés, por ejemplo. Y además tengo comprobado que las más interesantes reflexiones no vienen de primeras, sino dando tiempo al fluir natural del intercambio de palabras.

S.R.: En tus relatos hay claros homenajes a Borges, Cortázar, etc. ¿Quiénes han sido tus referentes literarios?

R.G.: Cuando levanto la vista de la pantalla del ordenador veo a Italo Calvino y su fantasía, a Kafka y su mundo interior, también las fotografías de Cortázar, el mago de las palabras, y de Borges, el que atesoraba casi todas ellas. Muy cerca están Kerouac y su música, la sensibilidad de Bassani, la técnica de Henry James… En el lomo de otros libros asoman la elegancia de Scott Fitzgerald, el fraseo de Salinger o los androides de Philip K. Dick. No me quiero olvidar del soberbio estilo de Javier Marías, como ejemplo patrio, ni de la oscuridad de Anne Rice, como disparadora de mi pasión lectora. Me dejo a muchos, pero por encima de todos ellos hay un autor que para mí es más que un escritor, leyéndole he seguido a un guía, a un espíritu desbordante de energía y personalidad, me refiero al gran... (pincha aquí para ver el texto completo y seguir leyendo)


Foto: Marián Lucas Rodríguez

1 comentario:

Darío dijo...

Sin dudas, las tecnologías van contra el buen uso del lenguaje. Pero siempre nos queda el soberbio Marías, la lanza y la fiebre. Un abrazo.