martes, 5 de agosto de 2008

POLISÍNDETON / Las palabras encadenadas

ETIMOLOGÍA

Polisíndeton viene de dos términos griegos. El primero es polys, que significa mucho y el segundo syndein, que es encadenar. Así obtenemos, así se forma, polisíndeton.

DEFINICIÓN

Palabra que hace honor a su origen, ya que significa encadenar expresiones mediante un exceso de conjunciones; fundamentalmente la conjunción “y”. Es lo que ocurre en un suma y sigue de conceptos cuando no sólo se antepone la conjunción al último de ellos, como sería suficiente, sino que se repite la misma conjunción sucesivamente a lo largo de la oración. Y todo para destacar cada uno de esos conceptos; porque esa es la función del polisíndeton, acentuar la expresión.

EJEMPLO

El polisíndeton es típico en las enumeraciones. Por ejemplo, al volver de la compra si queremos resaltar lo bien que la hemos hecho diremos el polisíndeton “Compré leche y pan y carne y… y…” para que las diferentes partes del conjunto de la compra queden bien subrayadas.

USO LITERARIO

Literariamente, el polisíndeton trata igualmente de llamarnos la atención sobre cada idea que se cita. Y esto marca el ritmo del texto. Se emplea el polisíndeton en aquellos pasajes en que la historia que se relata requiere de un ritmo más solemne, más lento.

EJEMPLOS LITERARIOS

Este es el caso de muchos pasajes del libro más leído de la Historia, la Biblia; En el primer capítulo del Génesis, si contáis el número de conjunciones “y” que hay, encontraréis más de setenta. Prueba de que sus autores están reclamando una atención que se corresponda con la trascendencia de lo que se está contando.

El siguiente ejemplo de polisíndeton tiene una intención distinta. Corresponde a nuestra primera novela picaresca, “El Lazarillo de Tormes”. La intención es conseguir un efecto de insistencia, en este caso, del chaparrón. Veámoslo: “… y había llovido mucho la noche antes; y porque el día también llovía, y andaba rezando debajo de unos portales que en aquel pueblo había, […] y el llover no cesaba…”

El polisíndeton también echa una mano a otros recursos. En la novela “La perla”, el premio Nobel John Steinbeck escribió un polisíndeton para dar forma al paralelismo que sigue: “Habían hecho canciones […] al mar embravecido y al mar en calma, a la luz y a la oscuridad y al sol y a la luna”

El último ejemplo es uno muy curioso de la escritora estadounidense Eudora Welty, contenido en su relato “El silbato”. Atención porque el esquema frase-y-frase-y-frase nos hace visible el tren de tomates del que habla: “Sara y Jason también están allí, […] viendo cómo se incorporan al proceso sus propios tomates, viéndolos alejarse y cómo los seleccionan y envuelven y cargan y despachan en un vagón” Tenemos un polisíndeton que parece encadenar frases y vagones al mismo tiempo.

PARTICIPACIÓN

En el apartado de participación no voy a pedir polisíndeton complejos, en cambio sí os animo a que publiquéis un polisíndeton que haya sido utilizado en algún cuento infantil, donde os daréis cuenta que abundan, ya que facilitan la comprensión de los niños, sobre todo si los cuentos son contados oralmente. Y colorín colorado...

2 comentarios:

Sakena dijo...

Y llegó la coma ...

Y lo jodió todo ...

Y le dijo el punto a la coma : "vente conmigo guapa, vamos a ponerles la puntuación aún difícil"

Y la coma dijo sí ...

Y la margarita dijo "no" ...

y digo yo "bravo por el post" ...

Y me contestas ...

Ricardo Guadalupe dijo...

Y faltan ies griegas entre las personas. Demasiados puntos. Unos puntos finales en la guerra de allí, unos puntos suspensivos en la incomprensión de allá,... Con lo fácil que es la forma de la i griega. Mañana voy a probar a hacer con mi cuerpo, de pie, la forma de la i griega en la calle. Quiero creer que al poco rato tendría una persona a cada lado, unidas a través mío. Bueno, sería fantástico ¿no?
Ahora que lo pienso, me acaba de caer simpática una palabra inglesa: Yes. Acabo de darme cuenta de que tiene como representación oculta el plural de la Y. Y es cierto que una afirmación ha propiciado a menudo el entendimiento entre personas. Lo que vicia a las afirmaciones son las preguntas incorrectas, los interrogantes, esos signos de tan dudosa reputación.
Y, qué caramba, resulta que pensando en el símbolo del antibelicismo veo que es una i griega invertida, apoyada en una tercera pata.
Y en la Edad Media los buscadores de oro confiaban en la i griega, a través de unas varitas de avellano con esa forma con las que soñaban encontrar el preciado metal.
Claro que sí, la i griega nos puede ayudar a encontrar oro puro entre las personas.
Hay que ver lo humanista e idílico que soy! Y hay que ver lo bien y mal que me lo paso siéndolo!