viernes, 3 de abril de 2009

The Bank

Cuando Yamín salió del refugio se dirigió entre los escombros a su apartamento, situado en la zona B84 de la metrópoli de Lem. Creyó llegar, pero no quedaba ningún bloque en pie que le sirviera como referencia, así que siguió caminando. Más adelante, vio un edificio que reconoció tras entrar y encontrar el cadáver de un hombre que conocía bien. Lo halló donde siempre, en el despacho donde también sus respectivos padres se veían, el mismo donde su abuelo firmó la hipoteca hereditaria. Aún conservaba sus paredes, así que sacó el cadáver, volvió dentro y echó la manta al suelo antes de tumbarse.


© Ricardo Guadalupe

2 comentarios:

Julio L. Rodríguez dijo...

Dime una cosa, estás leyendo a algún escritor de Cienca Ficción? dímelo. Alguien te está influenciando. Pronto lo sabré.

Ricardo Guadalupe dijo...

Ya lo sabes, Julio, la ciencia ficción es mi género favorito a la hora de escribir. Se presta mucho al uso de los simbolismos, a través de los cuales uno puede plantear los temas filosóficos más profundos, y sin que por ello pueda resultar la historia un tostón o demasiado enrevesada, sino más bien amena y entretenida.

En cuanto a tu pregunta, también lo sabes, la respuesta es Philip K. Dick. Para mí el autor de ciencia ficción más grande entre los grandes.

Otra cosa, en este microrrelato quise llamar la atención sobre las hipotecas hereditarias, una práctica que ya se viene utilizando en algunos países y que a mí me da que en un futuro próximo va a ser de lo más habitual. Ante tal abuso de los bancos, considero de justicia el caso del protagonista del microrrelato, que al perder su casa ocupa el edificio del banco, todavía en pie.

Un abrazo