lunes, 18 de enero de 2010

Hoy, en el Dunas

...«Hoy, en el Dunas, a la sopa le faltaba sal».
...Es el tipo de comentario intrascendente que me interesaba por salir de tu boca. Desencadenaba toda una conversación acerca del esnobismo en la nueva restauración, las propiedades de la sal y lo mucho que nos gustaría hacer un curso de cocina.
...Un día subí el volumen del televisor cuando me lo volviste a comentar.
...Nunca más hablamos de ir a hacer un curso de cocina.
...Pasó mucho tiempo hasta que esta semana, el cartero, nos entregó el premio de un sorteo. Se trataba de un curso completo de cocina japonesa. Entonces, levantaste la vista de la carta, nos miramos y me dijiste como un susurro que ese mismo día, en el Dunas, habías pedido sopa, y le faltaba sal.


© Ricardo Guadalupe

13 comentarios:

Ricardo Guadalupe dijo...

Fruto de escrituras a medianoche, en un inolvidable viaje a Socovos.

El Drac dijo...

Mi querido Ricardo, ellas son como elcliente al vendedor: "siempre tienen la razón". Ni se te ocurra llevarle las contraria porque penderá sobre ti una amenaza de réplica de por vida. Un abrazo, y a cuidarse!!!

Pluma Roja dijo...

Muy, muy bueno. Un cierre genial. Me gusto mucho.

Placer leerte.

Hasta pronto un abrazo.

Diana H. dijo...

Muy ingenioso tu micro. La rutina va volviendo sosa la sopa, y no hay que dejar de participar en los sorteos, o corremos el riesgo de no ganar nunca un curso de cocina, y así terminar desechando la sopa. O un buen día nos llama probar un sabroso guiso, y a la sopa, aunque humeante todavía… ya no hay nada que pueda “sal”varla.

Ah… algo está haciendo que en tus últimos posteos no falte la “sal” :) ¿Lo habías notado?
Me voy cantando.

“lluvia que llueve…

besos con sal.”

Anónimo dijo...

jaj, muy bien, buen texto.

Lala dijo...

Siempre hay que tener el salero a mano. Es imprescindible, pues cuando se acostumbra uno a tomar la sopa sin sal, ya no hay vuelta al antiguo gusto por ella.
Somos animales de costumbres, pero algunas costumbres son perjudiciales para la salud...
Además, la sal da suerte!


Un beso


lala

pepa mas gisbert dijo...

Muy gráfica y resumida una historia tantas veces vista, el encuentro, el desencuentro y el volverse a encontrar, en muy pocas palabras. Excelente.

ALEX B. dijo...

Cuando a algo le falta sal, aun se puede añadir, cuando está muy salado, casi seguro que no tiene arreglo.
Golpecitos de sal de vez en cuando, sorpresivos, inesperados llenan de matices los sabores cotidianos.
Siempre un placer tus entradas Ricardo.
Un beso dulce y otro salado.

graze dijo...

Sencillo, directo, cercano... =D

Beatriz dijo...

"Lo bueno...si breve... dos veces bueno".
Es lo que se me ocurre decirte luego de leer tu excelente microrelato.
Sigue escribiendo a medianoche, durante tus viajes. Nosotros, los que te seguimos recogeremos con placer esos momentos de inspiración.
Un saludo desde mi regreso.

Susy dijo...

A veces hay que inventarse vínculos comunes, al margen de que se cumplan o no, para cumplir el rito del lo "común".

Un beso

Ricardo Guadalupe dijo...

Me alegro un montón de que os haya gustado, como me he alegrado de las diferentes formas que habéis tenido de transmitírmelo.

Luzdeana, antes que nada muchas gracias por tus besos con sal, tu comentario tiene la sal justa, es ingenioso de verdad. Y hablando de las posibilidades del microrrelato, ¿has pensado (y esta pregunta va para todas y todos) en la posibilidad de que el curso de cocina no sea fruto de un concurso sino que sea cosa de él. No tiene por qué ser así, pero es que hay cosas que mejor no dejarlas al azar, ¿no creéis? Un beso.

Susy, cuánto tiempo, bienvenida de nuevo. Con tu comentario has clavado el sentido del relato. Así es, con la pareja no hay que dejar de pisar los territorios comunes, tanto del hoy como del mañana. Porque tan importante es la realidad del hoy como lo son los sueños acerca del mañana.

Cuando queráis estáis todas y todos invitados al Dunas.

Allek dijo...

maravilloso blog, me ha gustado
muchos abrazos para ti..